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23 de julio de 2020
Mirando hacia el futuro: la historia de un Apple Distinguished Educator y sus 40 años de carrera
El doctor Carl Owens lleva 40 años enseñando a sus alumnos cómo dominar la tecnología, y más de la mitad de ese tiempo como Apple Distinguished Educator (ADE). Este año, el programa ADE, que rinde homenaje a los docentes que usan las tecnologías de Apple para transformar la enseñanza, celebra su 25 aniversario. Owens es uno de los más de 3.000 docentes de 45 países que han formado parte del programa en sus 25 años de historia.
A lo largo de su carrera, Carl Owens, de 65 años, ha dado clase a miles de estudiantes universitarios, de máster y de doctorado, muchos de los cuales se convirtieron a su vez en profesores que enseñaron a otros miles de alumnos. Owens, profesor de magisterio en la Tennessee Tech University, se retira a finales de este curso, pero no le gusta quedarse anclado en el pasado: prefiere mirar al futuro, un futuro brillante que iluminan los estudiantes a los que ha formado y que continuarán con la misión a la que Owens ha dedicado su vida.
“Lo mejor del mundo no es moldear a los alumnos a tu imagen y semejanza, sino darles las armas para que logren ser mucho más de lo que habían imaginado”, explica Owens. “He plantado muchos árboles a lo largo de mi vida, que son los alumnos con los que he tenido oportunidad de trabajar. He intentado que sean capaces de dar forma a su propia visión del futuro, porque ellos son el futuro.”
Uno de esos alumnos fue el doctor Michael Torrence.
“El doctor Owens siempre mira hacia delante, así ha sido siempre”, asegura Torrence. “Siempre está preguntándote qué tal te ha ido hoy, cuánto has logrado avanzar en tus objetivos. Cuando estás en su clase y te relacionas con él la meta está muy clara. La preparación para el mañana no empieza hoy, se trata de una carrera de fondo que comenzó hace tiempo. Cuanto más tiempo pasamos recordando el pasado, menos conseguimos. Siempre hay que mirar hacia delante.”
Michael Torrence, de 46 años, comenzó su relación con Owens hace 18 años, en su segunda semana como asistente del entrenador de baloncesto en Tennessee Tech. Se topó con Owens en el campus, que le pidió que se reuniera con él en su despacho para hablar de su futuro. Cada día de los últimos 18 años, Owens y Torrence han charlado, ya sea en persona, por teléfono o por email o mensajes de texto. Estas conversaciones ayudaron a Torrence a conseguir su doctorado y en último término a lograr su puesto actual, el de presidente del Motlow State Community College de Tennessee.
“Las charlas que tuvimos desde ese día me ayudaron a ir en busca de mis objetivos, pero también me enseñaron que no debes ponerte límites a ti mismo”, explica Torrence. “Para mí ha sido una suerte tener a alguien como Carl en mi vida, todo un ADE, que me ayudara a escarbar un poco más en la superficie de lo que sabe el gran público y comprender el impacto que pueden tener todas esas herramientas desde el punto de vista técnico.”
Owens lleva usando productos Apple desde que le echó el ojo a su primer Macintosh en 1984, y en sus clases del Jeffers Learning Resource Center de Tennessee Tech, del que es responsable, usa dispositivos y software de Apple.
“Apple se curtió en la enseñanza”, asegura Owens. “Al principio, antes del iPhone y el iPad, los ordenadores de Apple eran los que permitían a los docentes alcanzar sus objetivos y superarlos.”
Owens lleva años facilitando iPad a sus alumnos, y usa los productos Apple para enseñarles a idear maneras diferentes y creativas de enfocar el aprendizaje.
“Si enseñas solo una manera de hacer algo, como solemos hacer con los niños, todos los productos parecen salidos de una cadena de montaje, y no hay espacio para la creatividad”, dice Owens. “A mis estudiantes les digo que no se pongan límites a la hora de crear algo. Los productos Apple parecen diseñados especialmente para los profesores y los alumnos que quieren aprender de manera creativa.”
Además de usar apps como Keynote, GarageBand y iMovie, Owens lleva años animando a sus alumnos a colaborar unos con otros de manera remota, lo que incluye trabajar en proyectos desde distintas partes del campus, administrar el tiempo pasado en despachos y celebrar actos con invitados de todo el mundo a través de FaceTime.
“Gracias al programa ADE, tengo amigos en todo el mundo, y muchas veces digo a mis alumnos, ‘os voy a enseñar cómo será la enseñanza en el futuro’”, explica Owens. “Y luego, el primer día de clase, conecto por FaceTime con otros ADE de Australia, Nueva Zelanda, Italia, de todas partes del mundo.”
Cuando el COVID-19 obligó a las universidades y centros de todo el mundo a pasarse a las clases a distancia a principios de año, en Tennessee Tech estaban listos, y fue en parte gracias a Owens, que lleva 40 años preparándose para eso.
“El doctor Owens ha sentado las bases para que ahora tengamos flexibilidad frente al COVID-19,” afirma el doctor Jason Beach, de 41 años, profesor en Tennessee Tech y también uno de los encargados de preparar la respuesta del centro ante el COVID-19. “La pandemia llegó tan de repente, y todo cerró tan rápido, que nos costó bastante encontrar los equipos necesarios, pero gracias a él ya habíamos avanzado bastante en ese respecto.”
Beach no habla solo en calidad de compañero: fue alumno de Owens hace casi 20 años en Tennessee Tech, y regresó poco después para ser a su vez profesor en el centro.
“Cuando era mi profesor defendía exactamente los mismos valores que hoy en día, aunque ahora cuenta con tecnologías más avanzadas, claro”, explica Beach. “Lo que más me ha influido de él es su capacidad de preocuparse más por los demás que por sí mismo. Me ha formado para continuar su legado, y no se me ocurre mejor manera de homenajearle que seguir ayudando y estando ahí para mis estudiantes.”
Beach y Torrence, siguiendo el ejemplo de Owens, siempre están buscando maneras de acercar la tecnología a sus alumnos. En Motlow, Torrence está comprometido con la iniciativa HBCU C2 de la Tennessee State University, creada en colaboración con Apple, que pone a disposición de los estudiantes oportunidades de programación y aprendizaje creativo. Además, los dos están intentado ampliar los contenidos de realidad virtual en sus centros.
“Carl siempre dice que a largo plazo es muy importante dar a los alumnos oportunidades que quizá no hubieran tenido años antes”, cuenta Beach. “Nuestras palabras y nuestras acciones las llevarán siempre consigo, y eso es más importante que la tecnología, porque es invertir en las personas. Eso es lo que hizo él conmigo: dedicarme tiempo y convertirme en mejor persona, porque me dio oportunidades que no habría tenido si no le hubiera conocido.”
“Cerca de él siempre se aprende”, explica Torrence. “Incluso hoy en día sigue poniéndome a prueba, tratando de que sea un poco mejor de lo que era ayer. Es incansable, y creo sinceramente que el mundo es un lugar mejor, y que yo soy mejor persona, gracias a él.”
Aunque no es su costumbre, Owens, mirando atrás, asegura estar increíblemente orgulloso de Torrence, Beach y los miles de estudiantes a los que ha enseñado a lo largo de los años.
“Me siento muy satisfecho de todo lo que he hecho”, dice Owens. “Estoy orgulloso de ser profesor, y agradecido a los docentes que me convirtieron en lo que soy. Y siento solo orgullo por cada uno de los alumnos a los que he tenido oportunidad de enseñar. Cuando pienso en 40 años atrás, y en las tecnologías que tenemos hoy en día al alcance de la mano, espero que dentro de otros 40 años los sueños de mis alumnos se conviertan en realidad, igual que lo han hecho los míos.”
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Imágenes de un Apple Distinguished Educator