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El programa de donativos de empleados de Apple así como las donaciones y el apoyo financiero de la empresa han sido de gran ayuda para organizaciones de todo el mundo, entre ellas las que se dedican a dar facilidades a los estudiantes, proporcionar asesoramiento a las personas que atraviesan dificultades y dar de comer a las familias que lo necesitan.
Durante unas horas a la semana, la miembro del equipo corporativo de Apple, Mandy Hazen, inicia sesión en la plataforma Crisis Text Line desde su casa en Fremont, California, y comienza a charlar con personas de todo el país que están lidiando con situaciones personales difíciles.
Cuando comenzó la pandemia de la COVID-19, esta veterana voluntaria de Apple empezó a pensar cómo podía ayudar a los demás a distancia y descubrió la organización, que pone en contacto a quienes atraviesan dificultades con personas que han recibido formación profesional para escuchar y proporcionar apoyo, siempre desde el anonimato. Desde que se unió en marzo de 2020, Hazen ha registrado más de 400 horas de mensajes de texto como parte del programa Employee Giving de Apple; Apple iguala cada hora que un empleado se ofrece como voluntario, o el dólar que dona, con una donación monetaria a la misma organización.
"Me hace muy feliz que Apple ayude a magnificar el tiempo que dedico a esto", dice Hazen. «El dinero va a aparar a una organización fantástica que ofrece apoyo a quienes están pasando por momentos muy difíciles».
Durante su colaboración, Haven ha atendido a cientos de personas en situaciones de depresión, malos tratos y aislamiento para ayudarlas a encontrar recursos y asistencia profesional.
"Me ha hecho darme cuenta de que a veces las personas necesitan a alguien en quien apoyarse para que les ayude en un momento difícil", dice Hazen, "pero saben que estamos allí para hablar con ellos y esa es su fuerza que les permite pasar al siguiente día."
Un retrato de Mandy Hazen.
La miembro del equipo corporativo de Apple, Mandy Hazen, ha trabajado como voluntaria durante más de 400 horas con Crisis Text Line desde que comenzó la pandemia.
En Estados Unidos y el resto del mundo, Apple y sus empleados han descubierto nuevas formas de hacer buenas acciones donde la empresa tiene presencia.
Este año, el programa de donativos de empleados de Apple celebra su décimo aniversario. En todo este tiempo, ha recaudado casi 725 millones de dólares para 39.000 organizaciones de todo el mundo, entre ellos 120 millones solo en 2021. En la recaudación del programa de donativos de empleados de Apple se incluye el trabajo de 68.000 empleados que han registrado casi dos millones de horas de voluntariado.
A las contribuciones del programa de donativos de empleados de Apple hay que sumar las del equipo de Community Investment de Apple, que dona millones de dólares todos los años a organizaciones sin ánimo de lucro de todo el mundo, como World Central Kitchen, The King Center y la China Foundation for Poverty Alleviation.
Diagrama que muestra las cifras del programa de donativos de empleados de Apple durante la última década.
Todos los años, Apple también dona millones de dólares a través de la iniciativa Strengthen Local Communities (SLC), que proporciona financiación a organizaciones que desarrollan su actividad en las zonas donde viven y trabajan los empleados de la empresa.
Muchos hombres y mujeres hacen cola para recibir comida en la Iglesia de San Bartolomé, ubicada en el centro de Manhattan. Este comedor social abre sus puertas los siete días de la semana por muy mal tiempo que haga y no ha faltado a la cita ni una sola noche en 36 años.
Forma parte del programa Grand Central Food, uno los muchos servicios que presta Coalition for the Homeless a las personas sin hogar de Nueva York. Apple ayuda a financiar el trabajo de Coalition for the Homeless mediante la iniciativa SLC.
Una persona trabaja como voluntaria en el comedor social de San Bartolomé.
El comedor social de San Bartolomé no ha faltado a la cita ni una sola noche en 36 años.
Voluntarios del programa Grand Central Food.
La iniciativa Strengthen Local Communities de Apple ayuda a financiar la labor de Coalition for the Homeless, organización responsable del programa Grand Central Food en Nueva York.
Según Juan de la Cruz, director del programa Grand Central Food, el número de personas que acuden cada noche a San Bartolomé ha pasado de 150 a un máximo de 425 durante la pandemia de la COVID-19.
«Muchos programas de apoyo han echado el cierre, así que hemos recibido a personas de lugares tan alejados como Staten Island porque saben que aquí les vamos a dar de comer haga el tiempo que haga», dice De la Cruz. «Hemos seguido al pie del cañón porque hemos recibido ayuda de muchas organizaciones y personas, como Apple y sus empleados, y eso significa muchísimo para nosotros».
Retrato de Juan de la Cruz.
Juan de la Cruz lleva más de diez años trabajando en el programa Grand Central Food.
Tom Sheppard lleva trabajado desde 2009 en una tienda Apple Store de Nueva York. Sus tres hijos más pequeños fueron a la escuela pública n.º 41 en el Bronx, y Sheppard comenzó a hacer labores de voluntariado para dar a los niños las mismas oportunidades que tienen los estudiantes de otros centros. En tres años, trabajó nada menos que 1.000 horas como voluntario. Solo en el primer año, Apple igualó sus aportaciones con una donación de 10.000 dólares a través del programa de donativos de empleados.
«Encuentra algo que te apasiona, descubre la forma de ponerlo al servicio de la gente y pide ayuda a Apple para multiplicar sus efectos», explica Sheppard, que también puso en marcha programas como un club de fotografía con el iPad y un curso para ayudar a los padres a conseguir el diploma del instituto. «Para mí fue muy importante transmitir mi amor por la tecnología y poner al alcance de estos niños algo a lo que antes no tenían acceso. Quién sabe, puede que esto les abra las puertas a más oportunidades en el futuro».
Retrato de Tom Sheppard.
Tom Sheppard, empleado de una tienda Apple Store, ha trabajado como voluntario en el colegio de sus hijos en el Bronx para transmitir a los niños su amor por la tecnología.
Los hijos de LaToya Reed también iban a la escuela pública n.º 41, donde conoció a Sheppard. Su trabajo le resultó tan inspirador que decidió unirse como voluntaria.
«Sheppard ha logrado que los niños sientan interés por probar cosas nuevas y que les entusiasme la tecnología», comenta Reed. «Me ayuda a sacar lo mejor de mí misma cuando estoy con los niños y a ir un paso más allá porque ellos se lo merecen. Quiero recoger el testigo y asegurarme de que su labor siga adelante».
Estudiante con un iPad que Tom Sheppard consiguió para la escuela pública n.º 41.
En la escuela pública n.º 41, Tom Sheppard ayudó a crear clubes orientados a introducir el iPad y programas de fotografía, vídeo, ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas para cientos de estudiantes.
Estudiantes haciendo una foto con el iPad.
El trabajo como voluntario de Tom Sheppard fue toda una fuente de inspiración para LaToya Reed, que decidió unirse y colaborar en la escuela pública n.º 41.
En Austin (Texas), la iniciativa SLC ayuda a financiar el trabajo de la African American Youth Harvest Foundation (AAYHF), que pone todo tipo de recursos en manos de familias y jóvenes afroamericanos y de bajos ingresos. Esto incluye programas de orientación para jóvenes en situación de riesgo y varias iniciativas que siguen un enfoque integral para ayudar a las personas.
«Queremos saber cuál es la situación en sus casas y sus centros escolares», dice Michael Lofton, consejero delegado de AAYHF. «¿Tienen luz? ¿Tienen comida? ¿Tienen ropa? ¿Necesitan asesoramiento relacionado con la salud mental o el consumo de ciertas sustancias? Si queremos que a estas personas les vaya bien, debemos asegurarnos de que su entorno sea el adecuado».
Este año, Apple ha ayudado a financiar el programa de respuesta frente a la COVID-19 de AAYHF, que ha contratado a estudiantes de instituto para que vayan puerta a puerta en sus barrios con el objetivo de aumentar la tasa de vacunación.
«Nuestra operación está saliendo adelante gracias a Apple», afirma Lofton. «Pagamos a los jóvenes 17 dólares a la hora para que vayan a edificios de apartamentos y animen a los demás a vacunarse. Estos chavales, en su mayoría afroamericanos, están ayudando a mejorar la situación. Cuando alguien vive en un entorno complicado o en una situación constante de necesidad, echarle una mano puede suponer una gran diferencia».
Nasc, una organización cuyo nombre significa «vínculo» en gaélico, tiene su sede en Cork (Irlanda). Nasc, que da apoyo a personas inmigrantes y refugiadas en el país, ofrece recursos como Gateway, un programa para mujeres que está financiado por la iniciativa SLC de Apple.
«Nuestro objetivo es conocer de cerca a las mujeres y fomentar la autoconfianza, la autoestima y la inclusión», explica Claire Mackey, coordinadora del proyecto Gateway. «Apple ha contribuido a mantener el proyecto a flote y nos ha dado la flexibilidad necesaria para apoyar a las mujeres de formas creativas. Ahora sabemos que nuestro trabajo va a seguir adelante, y eso significa mucho para nosotros y para las personas a las que ayudamos».
Ahora mismo, el programa cuenta con 40 mujeres de 14 países que aprenden inglés y se integran en la sociedad con la ayuda de voluntarios. A Saba, de Jordania, le asignaron a Barbara Ito, una empleada y voluntaria de Apple que nació en Japón y ahora vive en Singapur. Las dos estuvieron en contacto una vez a la semana durante meses.
«Hablábamos de todo», dice Saba. «Cuando teníamos una llamada, siempre me preguntaba qué tal estaba. Muchas veces me he sentido mal por la situación con la COVID, pero ella me ha ayudado a tener esperanza y ser más feliz».
«Aunque venimos de culturas muy diferentes, teníamos intereses en común», dice Ito. «Esta oportunidad significó mucho para mí. Creo que es muy importante que personas de todo el mundo se ayuden y aprendan las unas de las otras».
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