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Un estudio de edición de sonido en Skywalker Sound.
En el Skywalker Ranch, los artistas de Skywalker Sound se dedican a crear los sonidos más identificables del mundo para sagas cinematográficas tan famosas como Star Wars e Indiana Jones.
La geografía accidentada de Nicasio, un pueblecito californiano que no llega a los mil habitantes situado en una zona remota del condado de Marín, da paso a un lugar donde las posibilidades son infinitas. Bajo el terreno se esconden miles de kilómetros de cables e innovación.
Esto es el Skywalker Ranch, las impresionantes instalaciones fundadas y diseñadas por George Lucas, creador del mítico universo de Star Wars. La piedra angular del rancho es Skywalker Sound, un estudio de diseño, edición, mezcla y posproducción de sonido de talla mundial. El edificio de ladrillo visto roza los 14.215 metros cuadrados, rodeado de viñedos y el lago artificial Lake Ewok, rinde tributo a la máxima tantas veces repetida por Lucas, que sostiene que el sonido representa al menos el 50 % de la experiencia cinematográfica.
La plataforma Soundminer, que permite realizar búsquedas de palabras clave increíblemente descriptivas, está a la altura de la continua expansión de la biblioteca de Skywalker Sound, que ya cuenta con casi un millón de sonidos. 
Ryan Frias muestra los racks de Mac Pro en Skywalker Sound.
El editor de sonido Ryan Frias enseña la sala de máquinas principal de Skywalker Sound, que describe como «el cerebro de toda la operación». «Las personas creativas no queremos que la tecnología nos frene», explica. «Cuando te viene una idea y quieres ponerte a trabajar con ella enseguida, necesitas herramientas que plasmen los resultados según se te vayan ocurriendo». El estudio dispone de 130 racks de Mac Pro, 50 iMac, 50 MacBook Pro y 50 Mac mini con Pro Tools, todos conectados de forma remota a esta fuente de alimentación central.
Tom Myers usa un MacBook en Skywalker Sound.
La biblioteca de sonidos de Skywalker Sound incluye más de 700.000 grabaciones.
Skywalker Sound está transformando el arte del sonido y redefiniendo el sector gracias a la potencia de unos 130 racks de Mac Pro, además de 50 iMac, 50 MacBook Pro y 50 Mac mini con Pro Tools como aplicación de audio principal, además de una flota de dispositivos iPad, iPhone y Apple TV. 
«Empecé con un Macintosh SE, hace mucho tiempo», dice Ben Burtt, el legendario diseñador de sonido de las películas originales de «Star Wars», las precuelas y la franquicia “Indiana Jones». «La llegada de los procesadores de texto me permitieron dar un salto enorme como escritor». 
«La verdad es que al editar sonido el procedimiento viene a ser el mismo, porque se trata de copiar y pegar archivos», añade Burtt. «Toda la experiencia que tenía con el Mac me preparó para manejarme con la edición digital. Empecé a usar un Mac con Final Cut a finales de la década de los 90 y ahora trabajo con cuatro Mac, cada uno para un proceso diferente: editar imágenes, editar el sonido, escribir los guiones... estoy bien equipado. Los llamo Alpha, Beta, Gamma y Delta».
Descubrimos a los diseñadores de sonido detrás de R2-D2, el aliento de Darth Vader, los sables de luz y más en Skywalker Sound en este documental Behind the Mac.
Al hablar con los artistas que trabajan en Skywalker Sound enseguida se nota que todos cuentan con una biblioteca personal de valiosas grabaciones. «Siempre estamos en busca de sonidos que evocan emociones», explica Al Nelson, coordinador de edición y diseñador de sonido.
Para los diseñadores de sonido, los equipos antiguos son una fuente de inspiración. «Me encanta cuando por casualidad se rompe algo y produce un resultado inesperado», dice Nelson. «Por ejemplo, los sistemas digitales que están mal ajustados y no suenan como deberían. Suenan a roto, como una radio mal sintonizada. Tengo un PowerBook muy antiguo y lo uso con un software viejo que me permite cargar grabaciones y cortarlas digitalmente».
La inspiración puede llegar en cualquier momento. Una vez, Burtt recibió una llamada de un constructor que sabía que le interesaban los sonidos raros para contarle que estaba en un apartamento donde el ventilador estaba roto y hacía un ruido extraño. La grabación de aquellas aspas mal ajustadas acabó convirtiéndose en el siniestro sonido de las puertas láser que separan momentáneamente a Qui-Gon Jinn y Darth Maul durante la apasionante pelea con sables láser en «Star Wars. Episodio I: La amenaza fantasma».
A veces las fuentes surgen de la nada. «Me han llegado a escribir por internet para decirme, "Mi tía tiene una tos superextraña. ¿Quieres usarla para algún bicho?"», comenta Burtt. (Nelson dice que estos elementos sirven para «edulcorar» los sonidos de las criaturas.) 
Al grabar sonidos en plena naturaleza, la coordinadora de edición de sonido Baihui Yang recalca lo cómodo que es contar con un MacBook Pro. «Podemos llevarnos la sesión de Pro Tools donde sea para ver, grabar y montarlo todo para comprobar que funciona», explica. «Si tienes que esperar a estar de vuelta en el estudio para probar las grabaciones, corres el riesgo de no haber captado lo que querías». Las aplicaciones como Keyboard Maestro también son una parte fundamental del proceso, al igual que el software de Matchbox. 
Nelson, que estudió guitarra clásica y otros instrumentos, suele buscar la musicalidad en el mundo exterior, además de en el sala de edición. «Todos somos músicos, algunos por haber pasado por el conservatorio y otros en términos del sonido», dice. «Manejamos tanto las tonalidades como la orquestación. Va más allá de encontrar un sonido que cuadre. Hace falta articularlo y seleccionar las melodías, al igual que al trabajar con una composición sinfónica para orquesta».  
Los sonidos que asociamos con Apple, como el icónico acorde que suena al arrancar un Mac y el cohete que se escucha al enviar un email, comparten una característica fundamental con los sonidos más reconocibles de Star Wars: todos indican una acción dinámica. Un buen ejemplo son los androides inmóviles que cobran vida para emitir avisos y bips. O la forma en que la empuñadura de los sables láser se activa de repente con un rayo de luz. O cómo las naves que van desplazándose por el espacio pasan de velocidad de crucero a velocidad de la luz.
«Lo que me impresionó de Star Wars fue que Ben usó sonidos naturales para hacer ciencia ficción», comenta Gary Rydstrom, un diseñador de sonido ganador de siete premios Óscar que lleva trabajando en Lucasfilm desde 1983. «Consiguió que el universo de Star Wars sonase siempre crudo y realista, basándose en sonidos reales que pudo manipular para crear algo inaudito. Me dio mucho que pensar».
Uno de los elementos clave del trabajo de Burtt es la interpretación. «Cuando trabajo en proyectos de cine fantástico, me guío por las interpretaciones para crear los sonidos de las voces, criaturas, armas y demás cosas alienígenas». Al empezar a darle forma a la voz de R2-D2, que sentó las bases de cómo el diseño de sonido puede influir en el desarrollo de un personaje, Burtt sintió bastante presión cuando se enteró de que el androide iba a compartir escenas con Alec Guinness.  
«Cuando me senté y empecé a experimentar con R2 en la primera película, me di cuenta de que se estaba comunicando. Era una conversación», explica Burtt. «Los tiempos son muy importantes. En cuanto dimos con la fórmula que funcionaba, el equipo de montaje de imagen repasaron la película y editaron un montón de escenas para cambiar ligeramente los tiempos Conseguimos crear un ritmo como el de un diálogo real». Burtt siguió retocando la interpretación en las precuelas, en las que trabajó como diseñador de sonido y montador de imagen.  
André Fenley en Skywalker Sound.
«Los diseñadores de sonido crean sonidos de la nada», explica André Fenley, encargado de edición de sonido en Skywalker Sounds y responsable de elementos tan icónicos como los rugidos de los dinosaurios de la película «Parque Jurásico» original. «Salen y graban las cosas más extrañas que te puedas imaginar. Después cogen el sonido en bruto y los manipulan, transforman, editan y ponen del revés para ver los resultados».
Ahora que la era digital del cine está firmemente instalada en Skywalker Sound, los consejos que los artistas ofrecen a realizadores profesionales y amateurs tienen un gran peso. «A los jóvenes que quieren trabajar en cine les digo que escuchen el mundo que les rodea y compilen una buena colección de efectos de sonido», comenta Burtt. «Haz la grabación un sonido y encuádrala dentro de una categoría específica, porque las bibliotecas de sonido se componen de decisiones creativas. Por otra parte, hay un montón de aplicaciones asequibles que se pueden instalar en el iPad o el Mac y ofrecen infinitas posibilidades para editar y mezclar el sonido en casa. En mis tiempos eso era impensable. Si fuera un joven realizador ahora, estaría alucinando. Utilizaría drones y grabaría todo tipo de sonidos. Ese tipo de cosas no estaban a mi alcance cuando estaba empezando». 
Nelson incluso sostiene que las grabaciones realizadas con el iPhone son «perfectamente válidas» para uso profesional. 
«Independientemente de la forma de trabajar, lo importante es pensar en el sonido desde el primero minuto», comenta Rydstrom, «porque es otra herramienta narrativa más. De hecho, diría que es una de las herramientas narrativas más eficaces durante el rodaje y al montar la película». 
«El sonido permite decir mucho y no solo suele costar menos que la imagen, sino que a menudo resulta más emotivo e intenso», añade Rydstrom. «Si te interesa el sonido o la dirección, puedes grabar vídeo en 4K+ con el iPhone. No hay excusas. Los dispositivos que usamos en nuestro día a día nos sirven para grabar sonidos y rodar películas. Y eso me parece revolucionario porque va a acercar el proceso a todo el mundo».
Danielle Dupre en Skywalker Sound.
El inconfundible acorde que suena al arrancar un Mac, el cohete que se escucha al enviar un email, los androides que cobran vida y sables láser con sus rayos de luz, todos tienen algo en común: todos indican una acción dinámica.
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